Las tarimas de madera siguen siendo ampliamente utilizadas como soporte en el transporte de mercancías. No obstante, las nuevas normativas en materia de higiene y sanidad han impulsado la adopción de tarimas de plástico, volviéndolas indispensables en diversas industrias.
Las empresas desempeñan un papel crucial en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Aunque la inversión en sostenibilidad puede parecer poco rentable a corto plazo, sus beneficios se reflejan claramente a mediano y largo plazo, tanto en el entorno como en la propia operación del negocio.
Además, el sector logístico debe evolucionar para atender a un consumidor cada vez más informado y exigente, que valora la transparencia y el compromiso ambiental en toda la cadena de suministro. En un contexto donde la deforestación y la producción responsable son temas prioritarios, es clave apostar por soluciones sostenibles.
Aunque las tarimas de madera tradicionales aún son importantes por su resistencia, las tarimas de plástico han ido ganando terreno por sus múltiples ventajas. A continuación, te explicamos por qué migrar hacia este tipo de tarima puede ser una decisión estratégica para cualquier empresa.
Higiene y limpieza
Las tarimas de plástico son mucho más fáciles de limpiar que las de madera. Estas últimas pueden albergar bacterias, hongos o parásitos, y además no deben mojarse, lo que complica su sanitización. En cambio, las de plástico son impermeables y pueden desinfectarse fácilmente con vapor, productos antibacterianos o detergentes.
Gracias a esta facilidad de limpieza, las tarimas de plástico son especialmente valoradas en sectores como el alimentario o el farmacéutico.
Deformación en peso y forma
La madera es sensible al entorno. Con la humedad puede hincharse, y con la sequedad contraerse, lo que altera su forma y peso. Esta variabilidad puede afectar el proceso logístico y dañar la mercancía.
Las tarimas plásticas, en cambio, mantienen su forma y dimensiones en cualquier condición ambiental, ofreciendo mayor estabilidad durante toda la cadena de distribución.
Peso y manipulación
Una tarima de plástico pesa, en promedio, la mitad que una de madera con las mismas dimensiones. Esto mejora su manejo manual y permite optimizar los envíos al reducir el peso total del transporte.
Además, las tarimas de madera pueden tener astillas o clavos expuestos, lo cual representa un riesgo para los trabajadores. Las de plástico no presentan este problema.
Ciclo de vida
Con el tiempo, las tarimas de madera se deterioran y necesitan ser reemplazadas con frecuencia. Por su parte, las de plástico tienen una vida útil mucho más prolongada, alcanzando fácilmente hasta los 10 años de uso, dependiendo del modelo y la aplicación.
Impacto visual
Visualmente, las tarimas de madera suelen lucir más rústicas y deterioradas, lo que puede afectar la presentación del producto, especialmente en puntos de venta. Las de plástico ofrecen un aspecto más limpio, uniforme y moderno, integrándose mejor en entornos comerciales o automatizados.
Mantenimiento
El paso del tiempo o el uso intensivo generan desgaste en la madera: aparecen astillas, clavos sueltos y otros daños que requieren reparaciones. Además, este tipo de tarima puede ensuciar las instalaciones donde se usa.
Las tarimas plásticas no requieren mantenimiento, no generan residuos y se limpian fácilmente cuando es necesario.
Protección del medio ambiente
Al ser más livianas, las tarimas plásticas permiten transportar mayor cantidad de producto por viaje, reduciendo así el número de trayectos y las emisiones de CO₂.
Mientras que las de madera provienen de la tala de árboles, las plásticas se fabrican, en su mayoría, con materiales reciclados. También son completamente reciclables y reutilizables, lo cual disminuye su impacto ambiental y, al final de su vida útil, conservan un valor residual que puede recuperarse económicamente.
Exportaciones
Las tarimas de plástico no requieren certificados sanitarios ni trámites adicionales para exportaciones, lo que facilita su uso en envíos internacionales.
En contraste, muchas exportaciones con tarimas de madera exigen cumplir con la normativa NIMF-15, que implica procesos de tratamiento fitosanitario y documentación adicional.
Almacenes
En espacios de almacenamiento, la Tarima One Way ofrecen una ventaja clave: su diseño permite anidarse o encajarlas unas sobre otras, lo que puede ahorrar hasta un 50% de espacio.
También son ideales para almacenes automatizados, ya que su forma estable y uniforme reduce fallas y rechazos en líneas robotizadas o bandas transportadoras.